Unión Nacional de Trabajadores

 

POR UN ACUERDO SOCIAL PARA LA TRANSICION DEMOCRATICA Y EL DESARROLLO NACIONAL.

1° de Mayo los trabajadores mexicanos reivindicamos una vez más nuestro carácter y conciencia de clase dentro de un movimiento sindical moderno y propositivo, no contestatario ni clientelar, poseedores de una verdadera plataforma para impulsar la Alianza Social y empujar la pacífica y real transición a la democracia en México.

El cambio ofrecido por el nuevo gobierno no es un cambio, por lo menos hasta lo ahora visto, que beneficie a los trabajadores y jornaleros de este país, al contrario, se ha traducido en una estrategia para beneficiar al gran capital nacional y extranjero. Para nosotros, la UNT, es preocupante que en las políticas públicas anunciadas por el nuevo gobierno y especialmente en lo que se refiere al ámbito laboral, se apunte a un distanciamiento de los compromisos que usted hizo públicos a favor de los trabajadores, compromisos que fueron bandera durante su campaña presidencial.

Pero aún así, creernos que tenemos una aspiración y meta en común, y es lograr la vigencia del Estado de Derecho en el mundo del trabajo y tener una legislación laboral responsable y adecuada a estos tiempos en los que transitamos juntos.

La nueva dinámica en el país nos invita a pensar que la Ley Federal del Trabajo tal vez sea revisada en el futuro y dicha revisión no se debe dar al margen ni a espaldas de los trabajadores, ˇno permitiremos la modificación de una sola sin previa consulta y discusión con el sector laboral!

Los trabajadores mexicanos no estamos peleados con la CALIDAD ni con la PRODUCTIVIDAD, pero la clase política nacional coludida con la empresarial han utilizado estas palabras como sinónimos de privatización, despidos masivos, desmantelamiento de la planta productiva nacional, el engaño y lo peor, la dolorosa realidad del desempleo; no deseamos que en nombre de una nueva cultura laboral se mermen en lo más mínimo las conquistas de los trabajadores. Nosotros creemos en los cambios, creemos que es necesario un proyecto de país real y a largo plazo, y seremos nosotros los primeros en sumarnos a un proyecto de nuevo país, uno que sea incluyente, plural respetuoso, democrático, propositivo y por supuesto un proyecto de todos, en donde el Estado sea celoso observador de las propuestas y exigencias de sus ciudadanos y un estricto respetuoso de las leyes.

Históricamente el binomio empresario-trabajador es algo que nos pareciera irreconciliable, no buscamos una reconciliación, pero si una relación justa y respetuosa, ya que reconocemos la necesidad de una clase empresarial, pero con una visión de crecimiento hacia dentro para poder tener mayores oportunidades hacia el exterior.

Nosotros creemos en los cambios, pero no en aquellos que ya en lo concreto de los hechos, nos indican que los rumbos no son los más correctos en este país; un ejemplo es la integración de su gabinete de gobierno, el anuncio de las nuevas formas que adoptará la privatización de la energía eléctrica y el nombramiento de los consejeros de PEMEX, son hechos que sugieren que el nuevo gobierno se perfila como un gobierno pro-empresarial, que busca actualizar las formas de negociación autoritarias y corporativas del viejo régimen. Su oferta política, durante la campaña electoral, consistió en un gran compromiso por impulsar un programa y un Gobierno de Transición. Para ello, se previó la celebración de un Pacto Político y Social, que le diera sustento a la transición.

Hoy, aquí le decimos, que creemos en ese pacto anunciado, pero no será sólo con voluntarismo como afrontemos nuestros problemas; mire a su alrededor, millones de voces que se alzan no sólo pidiendo ser escuchados, son millones de voces que no deben verse como una clientela electoral, representan el motor del cambio, son millones que exigen respeto y un lugar para participar en la gran transformación del país.

Señor presidente, apostarle únicamente a los grandes centros financieros internacionales tiene graves riesgos en México, ya probados durante por lo menos dos décadas; piense, y lo digo con humildad y respeto, que la mejor manera de redistribuir la riqueza no es enviando cheques por correo, la mejor manera de redistribuir la riqueza es a través del empleo digno y bien remunerado, no es en la especulación en donde se encuentra nuestro desarrollo y la riqueza del país. Señor Presidente, nosotros los trabajadores somos los que cada 6 años reconstruimos al país, es a nosotros a los que cada 6 años nos piden el máximo de nuestros esfuerzos, es a nosotros los que cada 6 años sin mediar palabra nos arriman a las sombras de la austeridad en nombre del bien común y nuestro sentido patriótico, es por eso que en su propuesta de su reforma fiscal integral, el intento de gravar las prestaciones de los trabajadores es, no solamente un ataque frontal a nuestra aspiración de querer cada día vivir un poco mejor, es desconocer la lucha sindical de este país, es desconocer los logros de muchas generaciones que ofrendaron sus manos y talentos. Gravar las prestaciones de los trabajadores sería un gran error.

Estamos de acuerdo que en este país es necesaria una reforma fiscal, pero no en los términos en los que fue planteada inicialmente, no más sacrificios sin recibir ni los más mínimos beneficios, discutámoslo, tenemos propuestas claras y viables, y sabemos plenamente que una reforma de ese tipo no es solamente fiscal, sabemos que tendrá impactos financieros, y presupuestases, así que el problema no es solamente del ámbito fiscal, es un tema que nos debe de unir mucho más allá de una simple aprobación en la Cámara de Diputados.

Así mismo, la falta del nuevo pacto social se ha revelado como un grave problema político. En estas circunstancias cabe observar un peligro. De no lograrse el consenso necesario para sacar adelante la reforma fiscal y las demás, podría quedar planteado un enfrentamiento entre el Poder Ejecutivo y Poder legislativo, y ante el riesgo de que se presente un empantanamiento, podrán emerger las tentaciones autoritarias y/o carismáticas, ante un país polarizado políticamente. En esas circunstancias la transición democrática quedaría en grave riesgo.

Frente a este probable escenario, vale la pena insistir en el programa, el acuerdo y el gobierno de transición como compromisos que deben cumplirse.

Una señal positiva de que se tiene compromiso con la transición democrática, plural e incluyente, será lograr verdaderos acuerdos y acatar éstos, en las materias sobre derecho y cultura de los pueblos indígenas, sobre la reforma fiscal integral, la reforma laboral y productiva, el desarrollo del sector energético, la reforma del Estado, la reforma educativa, las políticas públicas sobre aeronáutica, telecomunicaciones, en seguridad social, salud, entre otros temas, en donde los actores no sólo sean el poder Legislativo y Ejecutivo, sino también todos los sectores sociales involucrados, y así tener el fortalecimiento de las instituciones para una vida verdaderamente republicana.

Por ello, en este primero de Mayo, y especialmente éste, los trabajadores decidimos y nos manifestamos abiertamente por recuperar el espacio para el programa y el gobierno de transición social y democrática al que aspiramos para re- orientar a la sociedad en ese sentido y despegar ya a nuestro destino.

Señor Presidente: estamos preparados al diálogo plural e incluyente, democrático y propositivo como el espacio en donde se discuta el nuevo acuerdo social y político de los mexicanos para transitar, así, con un programa claro, con el apoyo de una coalición social y política, estable y con certidumbre de gobemabilidad, hacia la democracia económica, social y política a la que todos anhelamos.

La construcción de un régimen democrático en México necesita, en particular, crear las condiciones para que los propios trabajadores sin interlocutores, en una relación directa gobierno-trabajadores construyamos un régimen sindical libre, autónomo y democrático, como uno de los pilares fundamentales del Estado moderno en México.

No nos es ajeno, y lo recuerdo aquí, que los ingleses arribaron a lo que conocemos como la revolución industrial que fue el motor de su desarrollo tecnológico, sólo después de hacer e inventar su propia revolución política, esto es, no hay avance tecnológico sin una revolución política verdadera.

Reconocemos los avances democráticos que se han visto en este país, cambios innegables. Pero aun así, resta consolidar las negociaciones para la paz en Chiapas y abrir el camino para la construcción de una sociedad democrática, unida en la diversidad de sus pueblos y comunidades, cualesquiera que sean las ideologías y creencias de los grupos e individuos que la componen. Pero nos hace falta también una democracia que no se quede en los aspectos políticos y fomente mejores niveles de tolerancia y convivencia; la democracia está mucho más allá de un proceso electoral, la democracia, de entrada, es igualdad y equidad en todos los aspectos, no podremos seguir hablando de democracia con estas grandes brechas que existen entre los muchos Méxicos que tenemos en nuestro territorio.

Días de debate y reflexión se asoman en nuestro horizonte, es por eso que el movimiento trabajador organizado, UNT y el Congreso del Trabajo, debemos sumarnos para preservar la herencia de las generaciones que se empeñaron en engrandecer a este país, no solamente para preservarlo, sino también para enriquecería como un patrimonio de las generaciones futuras.

Ha llegado el momento de convocar al Acuerdo Social para la Transición democrática. Sólo en ese marco podrá renovarse democráticamente el Pacto social que une a todos los mexicanos.

Señor Presidente, le hacemos entrega de nuestra Plataforma Unitaria para construir el Nuevo Pacto social, reiterándole que los trabajadores mexicanos seríamos los primeros en sumarnos ante un verdadero proyecto de país, un proyecto que nos una más a los mexicanos, no uno que cada día nos separe más a unos de otros.

Discurso pronunciado por el doctor Fernando Rocha Larráínzar, Secretario General del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social el 1 de mayo de 2001, en el Museo Nacional de Antropología e Historia, ante el Presidente Vicente Fox Quezada.

 

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